Somos un equipo…

El final de las vacaciones de Semana Santa llegó casi tan rápido como el inicio de la misma, aunque la lluvia permaneció en muchos lugares de España, como lo lleva haciendo desde hace ya varias semanas, para alegría de agricultores y desesperación de padres, que han de exponerse a las inclemencias climatológicas para contemplar las habilidades deportivas de sus retoños y retoñas. Estamos a poco más de un mes del Campeonato de Madrid y a mes y medio del Campeonato de España, y debemos de ponernos todos las pilas, monitores, padres y jugadores.

Se sigue necesitando la asistencia de los niños a todos los entrenamientos de la Escuela. Es necesario que los mecanismos de colocación en el campo y de asunción de tácticas colectivas mejoren significativamente para poder mostrar realmente todas las capacidades que los niños han adquirido en estos dos importantes compromisos de final de temporada.

Una vez incidido en este aspecto, paso a reseñar lo sucedido en la 2ª Jornada de Competición previa al Campeonato de Madrid para las categorías inferiores, celebrada en los Campos de Orcasitas el pasado sábado 7 de abril. El tiempo era el que esperábamos, es decir, lluvioso a más no poder, pero siempre adecuado para la práctica del rugby y presentamos los dos equipos, asistiendo un total de 25 jugadores

El Pardo comenzó prontito en Desarrollo, a las diez de la mañana, y se enfrentaba en su primer partido al CRC Verde, con un equipo parejo al nuestro. He de destacar que debutaba en el equipo un nuevo fichaje vallecano, Aarón, que cumplió de sobra para ser el primer partido de su vida, y al que auguramos un futuro tan grande como la talla de sus zapatillas (un 43!!). Enhorabuena, Aarón. El primer tiempo fue bastante disputado, con muchos buenos placajes (uno de Ignacio sensacional) y bastante esfuerzo en el apoyo defensivo. No obstante, seguimos pecando de falta de colocación y de ciertas indisciplinas fruto de la bisoñez de muchos de los niños en este deporte. Los niños más veteranos intentaban colocar a sus compañeros, pero no fue fácil, al final, y tras varios ensayos amarillos, llegaron dos nuestros al final, dejando un 5-2 que nos dejó con una sensación de haber dejado escapar una oportunidad.

Casi sin solución de continuidad comenzaron los chavales del San Isidro Fuencarral contra Alcobendas Verde, en la segunda jornada de competición, con la necesidad de conseguir victorias tras una primera derrota en la jornada inaugural. Nuestros chicos demostraron un mayor nivel de rugby en el plano individual, pero pecaron de egoísmo, algo que es más frecuente en equipos de edades inferiores, pero que no debe mantener un jugador de esta edad. El beneficio de una jugada individual siempre será menor que el de una jugada colectiva. El correr desaforadamente hacia la zona de marca con las “orejeras” puestas sin apoyo de tus compañeros te saldrá bien una vez, pero en la mayoría de los casos acabarás perdiendo el balón. Se ganó por cuatro ensayos a cero, pero no mostramos ser un equipo.

El segundo partido de El Pardo fue contra Alcobendas Runnymede S11, y prácticamente a los veinte minutos de haber finalizado el primero. A pesar de ser más jóvenes de media, se les notaba una mayor experiencia en el campo. Nosotros continuamos con las lagunas en la colocación de nuestra línea, con la manía de acudir en masa a los rucks sin colocar a la línea, y con fallos de decisión en el placaje, lo que nos hizo encajar dos ensayos en tres minutos. Tras la consabida arenga del descanso, los chicos reaccionaron, y comenzaron a funcionar en ataque y a estar más colocados en defensa.  Fruto de esa reacción efectuamos dos marcas, y, aunque al final encajamos una de ellos, la reacción fue digna de mencionar.

El segundo partido de los chicos de Fuencarral fue contra el Majadahonda, que siempre nos presenta problemas. La tónica del partido fue parecida a la primera, aunque con un mayor esfuerzo, dada la presión del rival. Las jugadas individuales de algunas lagartijas decidieron el 4-2 final, pero siguió sin aparecer el juego colectivo.

Esta semana tenemos que pensar en que somos un equipo, no un conjunto de jugadores. LA suma de esfuerzos en el rugby se transforma en multiplicación de efectos positivos para el equipo. No hay un yo, hay un nosotros. Y sigamos entrenando la colocación en el campo, la coordinación y la mejora en las técnicas básicas y apoyos en ofensiva y defensiva, y el empleo de esa cabecita que tenemos durante la disputa del partido.

Sangre y Cielo.

Alvaro de Zunzunegui – Monitor Sub12

  • Las fotos corresponden a otra jornada.

 

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