Cuarenta y un caballeros.

Un partido igualado que se ganó pero que se pudo perder y que en resumen nos obliga a un agradecimiento y a una reflexión.

Agradecimiento a los 41 jugadores, del URO Alcorcón y del San Isidro, que mantuvieron la calma y supieron sobreponerse y superar un arbitraje desquiciante que podía haber convertido el partido en una ensalada de lo que tantas veces hemos visto. A los 41 AUTENTICOS RUGBIERS GRACIAS.

En cuanto al partido, dos partes diferenciadas.

Una primera parte en la que no tuvimos el oval y que el Alcorcón bien dirigido por su apertura conseguía ganar la línea de ventaja y romper por el centro con indudables errores defensivos nuestros (hay que mejorar la defensa en línea). Pese a la mala primera parte conseguimos llegar al descanso con 22-12 abajo gracias a los ensayos de Mini y Jimbo y la transformación de Borja.

La segunda parte cambió la decoración y conseguimos mantener la posesión y el dominio territorial, controlando las fases estáticas y rompiendo bien con nuestros centros. Pese al ensayo alfarero, los ensayos de Borja y Mauri (2) con dos transformaciones y un golpe de Borja situaban el 29-34 final para los nuestros.

Y reflexión sobre el arbitraje en Madrid, que hago desde la victoria por lo que no se puede achacar la consabida justificación. El árbitro del partido era muy malo, sin criterio, mal colocado, sin empatía con los jugadores y todo lo que fin de semana tras fin de semana vemos por los campos de Madrid.

Sabemos que hay pocos árbitros en Madrid, eso es una realidad. Sabemos que los árbitros que hay son muy novatos en su mayoría.

Pero tenemos que ir al fondo de la cuestión y al motivo de esta falta de árbitros con experiencia y que no es más que una gestión manifiestamente mejorable por parte de los gestores del estamento arbitral que desde hace muchas temporadas mantienen su “chiringuito” y actualmente mantienen una guerra abierta con la FMR que busca quitarles sus prerrogativas.

Esto ha llevado a que muchos árbitros con experiencia dejen de pitar por ser apartados y relegados a pitar partidos de categorías inferiores y favoreciendo a recién llegados de la “cuerda arbitral”.

Se ha enseñado a los árbitros a ejercer el poder no la autoridad por lo que nos encontramos con actitudes chulescas y vengativas de chavales muy jóvenes (ante personas que pueden llevar 30 años en el mundo del rugby o no, eso realmente da lo mismo), y que ejercen su prepotencia amparados en que lo que pongan en el acta del partido es la verdad salvo que se demuestre lo contrario dando lugar a que se haya mentido de forma flagrante en las actas.

Esto es opinión personal y conversaciones que he tenido con personas de otros clubes, árbitros y gente del rugby.

Las cuestiones más graves me las guardo al no tener aún pruebas.

SANGRE Y CIELO, AUPA SANISI!!!!!!!!!!!!!!

Curro Devesa – Presidente SIRC